Llegaron las lluvias

Artículo publicado en el Diario de Sevilla (Año 1999)

Llegaron las lluvias, parecía que una vez mas la sequía nos iba a castigar con todas sus terribles secuelas pero finalmente, las borrascas encontraron el hueco adecuado entre los anticiclones y con las nubes llegaron las aguas y con ellas comenzó el ciclo. Primero el correr de arroyos y el engordar los ríos, luego encharcar los campos y llenar lagunas y marismas. Una gran parte perforará los suelos y rellenará los acuíferos, finalmente el sobrante a través de los ríos, se verterá nuevamente en el mar donde con el tiempo y la evaporación, convertidas en nubes, iniciará nuevamente el ciclo.

El agua de la lluvia es una bendición para la agricultura pero de ella no sólo se benefician los humanos que pueden obtener mejores cosechas y llenar sus pantanos, sino que toda la fauna que puebla nuestra provincia, resurge como el ave fénix de entre sus cenizas. En primer lugar la tierra se ablanda, germinan las semillas y brotan las plantas, aparecen las setas, los animales herbívoros, siervos, gamos, muflones, tienen pasto abundante, los jabalíes hozan y levantan la tierra con su poderosa nariz, produciendo un oreo de la tierra que estimula bacterias y hace que las lombrices la perforen y abonen.

Liebres y conejos también disfrutan de los verdes brotes que empiezan a cubrir el campo al igual que los pequeños micromamíferos que no han entrado por lo benigno de nuestro clima en hibernación.

Los animales mas beneficiados quizás sean las aves conocidas como acuáticas, gansos, patos y limicolos que por estas fechas acuden todos los años puntuales a su cita con las marismas del Guadalquivir. El mayor contingente de gansos que a finales de Septiembre y principios de Octubre visitan la provincia de Sevilla y cruza los cielos de nuestra ciudad emitiendo un característico sonido (gag, gag, gag), está formado por ánsares comunes (Anser anser) principalmente de la raza de la Europa Occidental y Británica. Son de gran tamaño, (entre 70 y 90 cm.), plumaje gris, pico anaranjado y patas rosadas. Generalmente vuelan formando grandes uves en las que un pájaro va capitaneando la perfecta formación, marcando el ritmo a los demás.

Que las marismas tengan agua suficiente es darles la mejor bienvenida a nuestra tierra, y recibir de buena manera a unos turistas que desde hace miles de años pusieron de moda y todavía practican el turismo de invierno.

~ por camoyan en 7 diciembre 2009.

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